humanidad

Nuestra pregunta podría ser…

¿Cómo hacer llegar una poética colectiva, es decir una voz común, que traiga a lo evidente la injusticia de este orden, su artificialidad, puesto que esta forma de vida no sólo no es natural sino que atenta contra la naturaleza de la vida;

¿Cómo decir del modo más claro que nos están expoliando minuto a minuto y día a día, disminuyéndonos y mermándonos con la batería de enfermedades, carencias y padecimientos del cuerpo, los cuales no son un fenómeno diferente de la destrucción de los suelos, la tala de bosques y el monocultivo, la megaminería, la pesca de arrastre, la inundación de extensas fajas territoriales para la construcción de diques e hidroeléctricas, la dinamita en la montaña, el pavimento en tierra agrícola, la fracturación hidráulica, el derrame de petróleo en los océanos, y sin embargo (quizás esto sea lo fundamental, oh hermanxs) la indignación no basta;

¿Cómo clamar a los múltiples vientos que nos atraviesan el alma, que la resignación y sus máscaras son nuestro lecho mortuorio, que no sirve ya demandar la restitución de nuestros derechos, porque el derecho funda la violencia de este reparto, y adjudica la propiedad al individuo, implantándole a éste el miedo -el afecto más triste- como condición de sus relaciones, haciendo que todo sentido de lo común se derive de la ficción del ego;

¿Cómo nombrar la verdad de la vida sin profetas ni religiones, cómo hacer hablar a la potencia irreductible, y refutarle al contrato que yo no soy sin todo cuanto existe, que no hay nada «de lo que pueda decir: esto es mío«, puesto que soy «uno con todo lo viviente«;

¿Cómo hacer visible en la escena contemporánea, tan animada por los espejismos de la técnica, que la virtualidad no es un espacio de fuerzas, y que es la fuerza común lo que necesitamos para que esta distopía vuelta norma reviente hermosa y planetaria, de modo que no haya distancias entre ser y devenir, y finalmente, devengamos libres, seamos uno con el todo, sin las determinaciones de la mercancía sobre cualquier acción de la vida?

Usan jaulas de hierro para las ventoleras del ímpetu

Eres el poder oculto de todo cuanto crece curvo y espiral, Ensoñación, desde abajo, lo negro y lo verde y lo rosáceo.
Una magia roja y calurosa nace de tus fauces.
Eres anónima y múltiple como el porvenir, como el deseo que se eterniza en su acto deliberativo.
La pluralidad que se enciende y combate contra la unidad y lo inmóvil. Tu hogar es el espacio, la calle transitada por los olvidos peatonales.
Eres una violencia hermosa y de ojos limpios.

Pero llevas tanto tiempo tomando asiento entre los pastos milenarios y el enjambre de sensaciones populares.
Te he visto enflaquecer azulosa y rectilínea, fuiste el desangramiento lateral de tu espacio íntimo.
Has cavado refugios en la arena, en el asfalto, hogares de piedra y cansancio, cada vez más parecidos al féretro de una generación que no ha muerto pero que duerme bajo tierra.
Permitiste que el Individuo Equinoccial del Miedo arrasara con pueblos y bosques, con mares que fueron quemados. Floreció el dinero ahí donde antes florecían doncellas desnudas y canciones.
A tu espalda yacen continentes calcinados en la deshonra.
El vacío se ha vuelto ley.

¿Dónde te escondes, mujer infinita? ¿Cuál es tu lugar indefinido?
Muéstrame tu cuerpo invertido, tu ascendencia divina de carne, tu historia necesaria. Tu sexo que es el aire y la biosfera jugando y saltando a escondidas del calendario.
TE ESCONDES. Huyes de tu destino liberado. Sabes que todo debe arder, que seremos todos la ceniza total. La realidad es insostenible pero te escondes.
Yo soy tú y aquí me tienes, en esta mansión de verbos corporales y de escenas terminales. HAN SECUESTRADO A LA METAFÍSICA, se han robado el instinto tempestuoso de las multitudes, la voluntad de todos ha caído en tierra de nadie. LA POLICÍA ESTÁ EN TODAS PARTES. ¿Por qué debemos ocupar sólo nuestro sitio en circunstancias tan desfavorables? Nos hemos quedado con los bichos y las migajas de un pan austero e insípido llamado ESPERANZA.
Ahora estamos sólo tú y yo, Calamidad y Plétora, Escasez e Hipérbole, Desastre y Mundo. El canto de la Humanidad, el canto humano de la Humareda es falso, pero se repite incesantemente, da vueltas e insiste, “LO SOMOS TODO” pero mienten día a día:
Nosotros seguimos en este silencio, en esta potencia, en este número inabarcable y magnitud monstruosa. La realidad nos pertenece casi por definición.